El Posmodernismo era sinónimo de libertad, sus máximas eran hago lo que quiero y el todo vale; iba en contra del consumismo (consumismo que, paradójicamente, causó su fin en la década siguiente) y del Modernismo (no confundir con modernista) que dictaba cómo se tenía que vivir, ya que establecía un control cultural que abarcaba desde el pensamiento hasta la indumentaria.
Se inició de la mano de la arquitectura, con el rebelde Ettore Sottsass, quien desobedeció a Mies Van Der Rohe y Le Corbusier, y no tiene un estilo definido, de ahí que la ciudad de Las Vegas sea el arquetipo de ciudad posmoderna.
Siempre me he considerado muy afin a la cultura, corriente estética y pensamiento posmoderno y más, desde que vivo en la ciudad española posmoderna por excelencia, Barcelona (no confundir con modernista cuando se habla de la Barcelona modernista en clara referencia al estilo arquitectónico por el que es famosa) y desde que en este país tenemos un gobierno que nos está robando el Estado del Bienestar con la excusa de una crisis económica provocada por su sucesor de partido.
(Obra de Robert Longo)
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