Malcolm Gladwell nominó a los coolhunters, la moda y su necesidad de lanzar cada tres meses una colección de indumentaria renovada entre temporadas primavera-verano y otoño-invierno, Haute Couture, colecciones cápsulas y colecciones resort se los apropió y los elevó a la categoría de profesión y la era 2.0 de la información con los blogs y los fotógrafos de streetstyle a la cabeza, los hicieron famosos.
La primera regla es que cuanto más buscas a los innovadores o cool people más se esconden. La segunda regla es que lo cool no se crea, solo se observa —regla que no puedo evitar asociar con el principio de la Termodinámica que enuncia que «la materia o la energía ni se crean ni se destruyen, solo se transforman»—. La tercera regla es que tienes que ser un cool para poder detectar a otro cool, ya que lo cool es algo tan sutil, variado y diferente que no se pude controlar y, como además, varía tanto de un país a otro, de una ciudad a otra e, incluso, dentro de la misma ciudad, de un barrio a otro, que necesitas a alguien que lo sea para que te lo busque y lo encuentre para ti.
Por eso, ser cool depende, por un lado, del juicio estético e intelectual de la sociedad en la que se mueve cada uno de los innovadores, ya que una persona puede ser considerada cool dentro del seno de su familia, de su grupo de amigos, de su empresa, de su gimnasio o de su bar de copas, etc., y, por otro lado; de la forma en que estos innovadores se relacionan con el resto de la sociedad y de cómo viven esta relación.
En la actualidad y gracias al auge del coolhunting, muchos innovadores tienden a esconderse, de forma que, cada día, es más difícil y complicado hallar a alguien realmente cool e innovador en cualquier campo, ya que el mundo gira tan rápido que algo o alguien cool ahora puede dejar de serlo en cinco minutos…
(Photos taken by me, more on Instagram kik-->> lulacanelafina)
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