03 enero 2013

Sociología de las tendencias (III)


(... Viene de los dos post anteriores) A partir de esta necesidad definir el porqué, el cómo, el cuándo y el quién inicia una tendencia surgen varias definiciones. 

Primera: Roland Barthes. El nacimiento del prêt-à-porter trae consigo la democratización de la moda, se abarata el precio de las prendas y muchos movimientos de moda pierden su aura ideológica. Ahora todos podemos ser, desde el punto de vista de la indumentaria, hippies, punkis, mods, bobos o yupis, y así un largo etcétera. La moda es un metalenguaje, que analizó y descifró Roland Barthes en su libro El sistema de la moda. Para Barthes, las tendencias hablan de épocas. 

Segunda: Tocqueville. La modernidad trae consigo la democracia y la igualdad entre los hombres pero también introduce un nuevo poder: la opinión. Para Tocqueville, las tendencias nacen de este nuevo gobierno que surge al amparo de la democracia y que es el gobierno de la opinión. Para él, comprender las tendencias es comprender el misterio de la formación de los gustos colectivos de una democracia. 

Tercera: Baudrillard. Según Baudrillard, las tendencias nacen del consumismo exacerbado al que ha empujado el capitalismo a los individuos. Las tendencias nacen de la publicidad y los medios de comunicación, estos las fabrican para que los individuos sigan consumiendo y, como diría Veblen, despilfarrando. 

Cuarta: Kroeber. Kroeber, al intentar describir las tendencias, las asocia, junto con los cambios de la moda, con el estado de la sociedad. Sin embargo, Kroeber no considera el hecho de que en moda, a veces, quien lanza el mensaje es más importante que el propio mensaje. Esto explicaría, por un lado, los hypes o modas pasajeras que se dan en la sociedad y, por el otro, el nacimiento de las concept-stores, en las que se vende el concepto aspiracional de una marca.

Quinta: Gabriel Tarde. Incluye en su análisis del inicio de las tendencias la capacidad mimética que por naturaleza tiene el ser humano, quien recibe la influencia de la red social a la que pertenece y, por tanto, imita. Para Tarde, la sociedad se mueve porque inventa e imita, de modo que las nuevas ideas o tendencias tratan de imponerse a las ya existentes, que tratan de perdurar. De modo que cuando una nueva tendencia se impone a otra ya establecida y se propaga como una epidemia, se alcanza lo que Malcolm Gladwell define como el tipping point

Sexta: Pierre Bourdieu. Pierre Bourdieu introduce el concepto de focalización del deseo y estratificación social para explicar el origen de una tendencia. De esta forma, para él, un modisto es aquella persona capaz de traducir en una prenda de vestir un capital social y cultural dado. 

Séptima: Georg Simmel. La definición anterior entronca con la teoría de Simmel, que sitúa en la suma de decisiones individuales el origen de las tendencias en la modernidad. Para Simmel, hay un beneficio psicológico en el hecho de seguir las tendencias, con ello el individuo se libera de la angustia de tener que elegir, ahora se le considera miembro de un grupo y no un ser aislado. 

De modo que las tendencias concilian dos deseos del ser humano: la necesidad de distinción y el deseo de pertenencia. Al amparo del poder económico que supone conocer con anticipación hacia donde tiende una sociedad, esto es, predecir las tendencias, sobre todo en materia de moda e indumentaria, a partir de la segunda mitad de la década de 1990, y siguiendo la estela de su predecesora Mafia, nacen las agencias de estilo y las consultorías de tendencias. 
Estas se dedican a elaborar cuadernos de estilo y tendencias, que ponen al alcance de los creadores para ayudarles u orientarles en la creación de sus colecciones. WGSN, Trendwatching, Future Lab o Stylesight son algunas de estas agencias. 
Trabajan a nivel mundial para descifrar tendencias, para ello cuentan con la colaboración de coolhunters, quienes elaboran informes que ayudan a prever y anticipar las tendencias.


En resumen, como escribe Gabriel Tarde en su libro Monadologie et Sociologie: «Cualquier obra social, con un carácter propio más o menos marcado, escribe, un producto industrial, un verso, una fórmula, una idea política o de otra índole aparecida un día en algún rincón del cerebro, sueña como Alejandro con la conquista del mundo, intenta difundirse mediante miles de ejemplares por todas partes donde haya seres humanos, y únicamente se detiene en su camino al chocar con un rival, igualmente ambicioso». (Photos taken by me)

2 comentarios:

  1. Qué bueno este post. Me encanta que hayas escrito esto, la verdad es que las visiones son de lo más variopintas. Muchas gracias.

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  2. Hola, muchas gracias. Estoy de acuerdo

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