Soy consciente que no estoy descubriendo la penicilina cuando digo que la Moda; sí, con mayúsculas, ya que me refiero a la Moda como sistema, ha conquistado los museos.
Por un lado, es una forma de atraer visitas (toda EB que se precie se acercará a un museo a ver una exposición de moda, aunque solo sea por hacerse la foto); y por otro, y este es el punto de vista que interesa, es una forma de rendir homenaje a la trayectoria de muchos diseñadores que, con sus creaciones, han marcado un punto de inflexión en la Moda.
El trabajo de Azzedine Alaïa se presenta hasta el 8 de septiembre en NRW-Dusseldorf bajo el titulo de Azzedine Alaïa – Couture in the 21st Century.
El hilo conductor de la exposición se estructura en base a los diferentes materiales con los que Alaïa ha trabajado sus prendas; prendas que han llevado desde Michelle Obama a Grace Jones.
(photo Peter Stigter)
Acerca de la exposición sobre el punk del Metropolitan Museum de Nueva York no diré nada porque este año no he podido viajar a visitarla y se ha dicho de todo acerca de ella.
En el Royal Ontario Museum de Toronto se presenta una original exposición en la que, 31 victorianas muñecas de porcelana, lucen sobre una pasarela ficticia las prendas más icónicas de Viktor&Rolf.
Los diseñadores no tienen un modelo en propiedad de cada una de sus prendas, de modo que estas muñecas actúan a modo de archivo de sus creaciones.
(photo Design Museum of London)
En Noviembre se inaugura en el Design Museum of London la exposición Hello, My Name Is Paul Smith en la que, además de recrear la caótica ofician de Paul Smith, se hará un recorrido por los 40 años de historia de la firma a través de sus piezas más icónicas, de sus tiendas y de su mujer y musa.
En 1970 Paul Smith inauguró su primera tienda. Solo podía mantenerla abierta dos días a la semana porque el resto de los días se tenía que dedicar a otros quehaceres para sobrevivir. Cuarenta años más tarde posee más de 350 tiernas repartidas por todo el mundo.