En ella durante la década de 1930, se dedica a dibujar caricaturas de personajes famosos y a inventar diálogos absurdos entre ellos, los llama Los diálogos imposibles y consigue así que dialoguen de forma ficticia Shakespeare y la Metro Goldwin Mayer o Schiaparelli y Stalin, entre otros.
Italianas de nacimiento y separadas por más de medio siglo, sus enfoques sobre la moda a la vez tan próximos -la asociación de ambas con el arte, por nombrar un ejemplo-, y tan distantes - el surrealismo de Schiaparelli y el posmodernismo de Prada-, las han convertido en dos personalidades icónicas de la Moda.